La gamificación a veces traducida como ludificación, jueguización o juguetización puede definirse como el uso de técnicas, elementos y dinámicas propias de los juegos y el ocio en actividades no recreativas.
¿Por qué íbamos a usar elementos propios de los juegos en cosas que no son un juego?
Pues, respondiendo de forma breve, con el fin de potenciar la motivación, así como de reforzar la conducta para solucionar un problema u obtener un objetivo.
Piénsalo, los juegos pueden hacer que las personas se queden «enganchadas» durante horas realizando todo tipo de tareas. Estrategias como el premiarte constantemente o la graduación de la dificultad son cruciales para hacerlo posible.
¿Imaginas una empresa donde las tareas a realizar enganchen así a los empleados? Y aplicado a nivel individual ¿Te imaginas alcanzar tus objetivos con la misma pasión con la que jugarías a un videojuego?
Estas son algunas de las cosas que la gamificación pueden hacer por ti.
¿Cómo funciona la gamificación?
Generalmente, los sistemas de gamificación, ya sea mediante software como el CRM Zurmo (que aplica este concepto en su funcionamiento) o a la hora de diseñar un sistema de funcionamiento corporativo, se basa en cuatro pilares:
Recompensa
Es fundamental que haya un premio por conseguir el objetivo. El poder «ganar» algo, es fundamental. A veces esa ganancia no es sino un mensaje de reconocimiento, otras es la acumulación de puntos. Si te fijas, hay muchos juegos donde se realizan durante horas tareas repetitivas. Mediante premios y recompensas se produce un condicionamiento en el jugador/a que le motiva a seguir jugando para seguir siendo premiado/a.
Es decir ¿Por qué la gente no se aburre en un juego donde siempre hacen los mismo? Sencillo: porque cuando consiguen, por ejemplo, juntar 5 piedras rojas el juego les da puntos. Las personas pueden estar horas juntando piedras rojas con esa dinámica de acción-recompensa.
Por tanto una forma eficiente de hacer tareas monótonas es aplicar recompensas. Por ejemplo, si tienes que limpiar toda la casa, cada vez que termines una habitación te comes un chocolatito.
El tema de las recompensas podría darnos para escribir rios y océanos de tinta, pero no es el propósito de este artículo. En lugar de eso, puedes asomarte a la visión de científicos como Richard Dawkins sobre el tema en este vídeo donde habla de las palomas y las recompensas. También te puede interesar esta explicación de la doctora en psicología Mayte Barba sobre los reforzadores de la conducta, basada en las teorías de Skinner. Esto son sólo dos puntos de partida donde puedes iniciar tu propia investigación sobre el tema.
Estatus
Hay juegos realmente simples (y tontos, según se mire) donde la gente no puede dejar de jugar. Un ejemplo son los famosos juegos «.io», que llega un momento en que son prácticamente todos iguales, con una simple variación mínima.
¿Qué los hace entonces retener durante horas a tantos jugadores? Que añaden el elemento del «estatus». Estos juegos siempre tienen en una esquina una «leaderboard». Se trata de una lista de los jugadores que llevan más puntos. Un ejemplo puede ser este gameplay de media hora en el que el youtuber sólo busca estar en la primera posición, o este otro gameplay donde, en un juego distinto, otro youtuber trata de hacer lo mismo.
En el mundo empresarial podemos ver estrategias como la de «el empleado del mes» donde se trata de fomentar deteriminadas conductas que hagan que se llegue a este estatus. En este fragmento de un capítulo de «El precio de la Historia» aplican el concepto del empleado del mes, es interesante ver cómo afecta a algunos empleados.
Logros
No se debe confundir el estatus con los logros. Independientemente del estatus (por ejemplo, el nivel que tengamos en un juego) podemos conseguir determinados logros. Para entender un poco mejor cómo funcionan los logros en el mundo del videojuego, te recomiendo este vídeo de Eurogamer.
En el mundo empresarial (o personal) podemos poner el ejemplo de un comercial que se pone como objetivo contactar hoy a 10 nuevas personas y hablarles del producto que comercializa. Puede que ninguna le compre, pero ha conseguido el logro de hablar con 10 personas. En este caso quizás no tendrá el status del comercial que más vende en la oficina, pero ha obtenido el logro de contactar a 10 personas.
Competición
Ya sea contra otros jugadores, contigo mismo/a o contra una inteligencia artificial. En los juegos siempre hay un adversario que derrotar con nuestras acciones, sea este individual o colectivo.
Y es que esa confrontación puede ser explícita (por ejemplo, en juegos donde se combate un enemigo concreto) o implícita, cuando jugamos a cosas como el Tetris y tratamos de conseguir más puntos que en nuestra partida anterior.
En una empresa, por ejemplo, se puede motivar al personal a trabajar mejor que la competencia. Por ejemplo «vamos a lograr más clientes que la competencia en esta zona». El hecho de existir un adversario/a que puede ganar la partida si no hacemos las cosas suficientemente bien es también un aliciente importante que motiva a la hora de movilizarse.
Todos estos elementos combinados hacen de la gamificación una de las herramientas de motivación más poderosas a nuestro alcance hoy en día. En este artículo hemos abarcado sólo algunos aspectos teóricos de este concepto, pero tiene infinidad de aplicaciones prácticas.
Si quieres puedo escribir más contenidos sobre estas aplicaciones práctias, si realmente te interesa el tema. Házmelo saber en los comentarios, y comparte este contenido en tus redes sociales para que pueda servirle a más personas.
1 comentario en “Introducción a la gamificación”
Pingback: Cómo vivir de una web de membresía - La Libertad Financiera